Después de analizar mucho la situación y planificar el nuevo ataque, nos dirigimos todos hacia el campo de batalla. Todos con la estrategia aprendida para no cometer fallo alguno. Esta vez agregamos al equipo nuevos miembros para que no quedara ningún "fleco suelto", ya que habíamos sufrido algunas bajas sensibles.
La batalla empieza al despiste, con un poco de jamón, queso y tomate, para a continuación atacar con una ensalada, lo que hace pensar que vamos tomando ventaja esta ocasión. Todo va bien, incluso cuando nos amenazan con un plato armado con queso y bubangos, lo que a más de uno le provoca un paso atrás para tomar impulso y dominar de nuevo la batalla, cosa que no se preveía complicada, pero lo peor está por llegar, ya que el "Almirante" saca a relucir todo el arsenal y algunas dietas saltan por los aires, aparece por el fondo un plato de carne de cochino exquisita, marca de la casa, rodeado de papas fritas, quitándole la máscara a aquellos tomates y melocotones de las ensaladas cuya única misión era jugar al despiste con nosotros.
Algunos aguantamos el embate a duras penas, pero el desastre estaba asomando tras el mostrador del lugar, los jugos gástricos se movían, como si de un gran remolino en el mar se tratase, en nuestros estómagos, y cuando aún tomábamos aliento e incorporabamos nuestros cuerpos tras el ataque, salió zumbando un plato de huevos fritos con otro ejército de papas fritas, y chorizo en su papel de artillero disparaba a la línea de "flotador" sin piedad. Nuestro tejido adiposo temblaba tras el ataque, y ya dabamos todo por perdido, algunos habían perdido tiempo atrás, pero los que quedabamos en pie, pedíamos una rendición digna, pero que ingenuos somos!!!, no hay fin sin estocada, y de nuevo apareció en escena el arma secreta...,el postre, chocolate y sorbete de limón. tan contundente como siempre.Fue la estocada tan determinante que a modo de tentación uno de nuestros miembros recibiera ración doble de chocolate, en parte fruto de la cobardía a modo de adicción.
Como humanos que somos, tropezamos dos veces en la misma piedra, es decir, acabamos dos veces en "CASA NELSON", y....serán tres?
Esto va dedicado para todas aquellas personas que se enfrentaron a la tentación gastronómica y del buen comer que nos reunió allí. Dedicado a tí, a tí y ....a tí también. Para que los buenos momentos se repitan y no desaparezcan en el olvido y se mantengan por mucho tiempo.
En este caso la batalla volvió a ser muy buena, agradable e irrepetible, y como bien dijo alguien ya no había un "periquito"....había más de uno, GRANDE MATEO.....GRANDE!!!
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