Tengo tantas cosas que escribirte, que hasta tú, siendo como eras, seguro que te enfadabas conmigo.
Tan solo pretendo desearte buen viaje allá donde vayas, que siempre me acordaré de esas manos con un calor latente, muy suaves, siempre dispuestas a regalar caricias, siempre recordaré esa sonrisa y esa carcajada contagiosa, y ese saber estar, siempre en un segundo plano, repartiendo sabiduría, sabiduría recopilada a lo largo de una vida muy dura, pero con unos frutos muy buenos.
Lo único que espero es que allá donde estés, puedas ver como intentamos seguir transmitiendo aquello que nos enseñastes y que te sientas orgullosa de nosotros.
No sé a donde irás, si es lejos o cerca, lo único que sé es que te has marchado y esta vez es para siempre.
Buen viaje abuela
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