En el reloj de arena, el último grano está cayendo...o poco le falta, y creo que es hora de agradecer cosas, muchas o pocas, pero buenas de todas formas. Tras 18 meses, esto llega a su fin (por el momento) y no quería dejar pasar la ocasión de poder expresar mi más sincero agradecimiento por tantas horas compartidas, buenas, malas, mejores o peores. Compartir charlas, opiniones, risas, confesiones y ser complice de alguna que otra cosa. Dar las gracias, como ya le dije a alguien una vez, por hacerme un hueco en un lugar que en un principio imponía y en el que me sentía intruso, hacer un hueco para poderme sentir cómodo, por sentirme integrado. Cada uno con sus particularidades o peculiaridades, con su forma de ser, con sus risas, con sus palabras, o con un simple pero agradecido buenos días.
No podría nombrarlos a todos porque en estos casos siempre se queda alguien fuera de la lista sin merecerlo, por un simple despiste del que escribe, pero todos tienen su espacio.
Cierto es que cada cual tiene su parte del pastel, unos más que otros o unas más que otras, por no hacer distinción alguna, pero es inevitable que el tamaño de la porción sea diferente, en ello está lo bueno de las relaciones humanas, cada cual tiene lo que se merece y lo bueno es que el pastel sigue creciendo y se reparten más porciones, sólo es cuestión de aprovecharlas.
Mentiría si dijera que no he aprendido, y que esto no me ha aportado nada, pueden estar seguros y seguras que me quedo con mucho.
Es evidente que por diversos motivos que me guardo no nombro a nadie, pero mi única intención es que sólo lo entienda aquella persona que se vea reflejada y aludida por cada una de las palabras que hay escritas en estos párrafos, y puedo asegurar que podría escribir mucho más, pero creo que en pequeñas dosis las cosas se pasan mejor y si alguien se queda con buen sabor de boca...mejor.
Gracias a tí, a tí... y a tí, y como dice la canción de Nelly Furtado... "Why do all good things come to an end?" (por ahora)
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