Esto huele muy bien, con un partido que empezó un poco raro, con muchos nervios, tanto en el campo como en la grada, algo asi como una mezcla de nervios, miedo y euforia. Los resultados antes del partido indicaban que el Xerez había pinchado, el Zaragoza no fallaba y el Hércules empataba hasta ese momento, lo único que iba bien...y el Rayo jugaba a la vez que el Tenerife.
El árbitro, el peor que ha pasado por Tenerife, empezaba su recital, se lesiona Manolo Martínez, y el equipo seguía sin encontrar su rumbo.
Pero la suerte cambia, un regalo de la defensa contraria le entrega el primer gol al Tenerife, que aunque no mejora en exceso, comienza a hacerse con las riendas del partido, y con el balón.
Comienza la segunda parte, el Hércules empata a cero, y el Rayo va ganando. El Alavés baja un poco los brazos, el Tenerife domina un poco más y Nino, como no, encuentra la portería visitante para anotar su gol número 25 en esta liga. Descienden los nervios entre la afición a la par que aumenta la euforia, comienzan los canticos y la gente salta y bota el Heliodoro.
El partido acaba con un golazo de Marc y la caída del Rayo, que pierde en su casa, todo redondo, como se esperaba, la cosa cada vez huele mejor. Todos con las calculadoras en la mano, calculando cuando será el día de la celebración, quedan cuatro partidos y nadie se lo quiere perder, aunque desde todos lados se diga que esto va partido a partido....todos pensamos en el último partido.
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