Muchas veces decimos u oímos que hay cosas que no nos dejan de sorprender, y eso es lo que me pasó hace unos dias en el Centro Comercial Meridiano en Santa Cruz, cuando al salir de uno de los locales de la zona de restauración vi algo que jamás pensé ver, aunque en los tiempos que corren, en los que la gente hace "casi" lo que le da la gana sin importarle los demás. Sinceramente, en un principio no fui consciente de lo que era realmente, pero en pocos segundos me di cuenta que aquello con pelos era lo que realmente pensaba y estaba cogiendo aire, como si le agobiara estar encerrado o bajo presión, algo así como pidiendo libertad.
Lo que vi que tanto me llamó la atención, y no sólo a mi, sino a muchos de los que estabamos por allí en aquel momento era un CONEJO, si un conejo, con su correa y todo. Como he dicho, si no lo veo no lo creo.
Prueba de ello....
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